¿Por qué se da luz al trabajado, y vida a los de ánimo amargado...? - Job 3:20.
Cambiaré su duelo en alborozo, y los consolaré, y los alegraré después de su dolor. - Jeremías 31:13, V.M.
"¿Por qué se da luz al trabajado, y vida a los de ánimo amargado?". Es una de las más punzantes preguntas que ya se formulaba Job, cuando estaba agobiado por una terrible enfermedad. ¿Por qué el sufrimiento? Tarde o temprano cada uno tropieza con esta pregunta. Más allá de ella, se interroga acerca del significado de su propia vida, una vida en la que se alternan días de alegría y días de dolor; la que, de súbito, acaba en la tierra por la muerte inevitable.
El vocablo «absurdo» surge ante tal descripción e inunda la literatura moderna. Pero el espíritu del hombre no se detiene allí; por el contrario, busca sin cesar. Tras eso debe de haber otra cosa; y ¿qué hay después? Todo me muestra la maravillosa estructura y la finalidad de la naturaleza; entonces mi propia vida, ¿no tendrá ningún significado? Y el mundo moral, ¿no tendrá coherencia alguna? Existe lo hermoso, lo indecible, la vida, el amor... ¿y todo esto no tendrá sentido? ¿Por qué esa dolorosa sensación de soledad y aburrimiento, pese a que presiento que mi vida debería ser una plenitud, una vida de comunión y amor?
Así razona el hombre. Generaciones de creyentes reconocen con gozo que su espíritu sólo halló reposo en Dios, mediante la fe en Jesucristo. Al aceptar el amor de Dios, la paz y la luz surgen en el corazón ávido de explicaciones, las cuales Dios da en su Palabra, la Biblia, a los que se las piden humildemente.