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Un claro lenguaje

Dios nuestro Salvador... quiere que todos los hombres sean salvos. - 1 Timoteo 2:3-4.

Un impetuoso alud... 2 muertos.
Un accidente de autobús... 20 heridos.
Un accidente de trasbordador... 200 desaparecidos.
Un terremoto... 2000 enterrados.
Una inundación... 20.000 ahogados.
Una guerra civil étnica... 200.000 víctimas inocentes.


¿Por qué calla Dios ante esas catástrofes? ¿Por qué no interviene?

Dios no calla, en absoluto; procura hacerse oír en medio de nuestra ruidosa civilización. Como muchos no quieren escuchar su voz en la Sagrada Escritura, él se hace oír mediante los altoparlantes de las catástrofes. Quiere que sus criaturas se vuelvan a él y lo reconozcan como el Dios Creador y Sustentador de todas las cosas.

Por haber creado a los seres humanos, Dios tiene derecho sobre ellos; los creó según sus planes y con un objetivo, al que los hombres faltaron a causa del pecado. No tienen en cuenta a Dios, desobedecen sus mandamientos y no le dan la debida honra.

Él desea poseer nuestro corazón, pero éste necesita ser limpiado a fondo para que Dios pueda morar en él. No existe medio humano capaz de hacer que dejemos de mentir, engañar, manifestar egoísmo y soberbia. Sólo Dios tiene el remedio: nos brinda un Salvador que cargó con nuestros pecados; debemos arrepentirnos para que él nos perdone y purifique nuestro corazón.

¡No! Dios no calla, habla -y a veces más claramente que lo que nos gusta-: lo hace porque quiere que los hombres sean salvos.