Le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia. Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. - Lucas 12:13-15.
¿Cómo repartir? Esta es una pregunta que se formula cada día a todo nivel: entre herederos a propósito de una sucesión, entre patrones y empleados de una empresa, ¿cómo repartir los beneficios? Entre las distintas clases sociales, ¿cómo repartir los impuestos y los subsidios?
A veces quisiéramos decirle al Señor: «Maestro, ¿no te preocupas por la injusticia que reina en este mundo? ¡Mira esta nación que goza de gran abundancia mientras la de al lado se hunde en la miseria! Mira a mi vecino que no sabe qué hacer con su dinero y, por otro lado, ve a esos desocupados sin recursos; ¡dile, pues, que comparta!» Podemos estar seguros de que la respuesta seria la misma que fue dirigida al hombre mencionado en el versículo de la fecha: "¿Quién me ha puesto sobre vosotros...?"
¿Quiere decir que el Señor aprueba las injusticias? ¡En absoluto! Si contesta así es porque no quiere ocuparse de las consecuencias mientras subsisten las causas. Así lo da a entender en su respuesta: "Guardaos de toda avaricia".
La raíz de todas las injusticias es el amor al dinero junto con el egoísmo. Mientras haya egoísmo en el corazón del ser humano, habrá injusticias.
"Pero Dios le dijo: Necio... Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios" (Lucas 12:21).